En el encuentro se discutieron los alcances que Chile le quiere dar al Emergency Response Review, análisis que realizará la AIE sobre la seguridad energética del país. “Históricamente se ha revisado la capacidad de respuesta de los países frente a situaciones de corte de suministro de petróleo, pero en este caso particular la agencia está ampliando el ámbito para incorporar en estos análisis de seguridad el tema del gas y nosotros también solicitamos que se incluya el tema eléctrica, para ver el sistema energético de forma integral”, dijo Raineri.
Sistema de respuesta ante situaciones de Emergencia en el Abastecimiento de Petróleo y sus derivados en Chile.
La iniciativa del Ministerio de Energía cobra especial importancia después de lo ocurrido como consecuencia del terremoto del 27 de febrero, en que se produjo la detención prolongada de una de las dos refinerías obligando al país, hasta el día de hoy, a importar combustibles limpios.
A la luz de las conversaciones que llevan a cabo nuestras autoridades con la AIE, aparece un factor adicional, que aparentemente nunca ha considerado nuestro país, el cual es “la ruptura del abastecimiento internacional de petróleo”. Esto es, un factor de desabastecimiento de combustibles que se origina más allá de nuestras fronteras.
Esta última materia ha sido muy estudiada por la Agencia Internacional de la Energía, desde su fundación en 1974. En esa oportunidad se establecieron los mecanismos de respuesta, los que incluyeron, entre otras cosas, la exigencia para los países miembros de mantener un nivel de reservas equivalente, como mínimo, a 90 días de importación neta de petróleo del año anterior. El Sistema de respuesta de la AIE ante situaciones de Emergencia en el Abastecimiento de Petróleo, incluye una serie de obligaciones y derechos para los países miembros de esta organización. Ver documento, “Sistema de respuesta de la AIE ante situaciones de Emergencia en el Abastecimiento de Petróleo”, versión 2010.
En lo que respecta a su posible aplicación en nuestro país, lo primero que salta a la vista, es que este modelo de respuesta, no resuelve el problema de seguridad de abastecimiento de petróleo de los países considerados individualmente, sino que está diseñado para un grupo de países que han acordado integrarse tras un objetivo común, la seguridad de abastecimiento de petróleo en el presente caso.
Esto lejos de ser un problema, es una oportunidad y Chile podría tomar la iniciativa de impulsar un sistema de respuesta que abarque a toda Sudamérica.
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