jueves, marzo 25, 2010

Petróleo y 4 x 4 (SUV)

...el extraño y creciente encaprichamiento americano con ese caballo de guerra moderno, el gran todoterreno (SUV) y su primo cercano, el todoterreno de doble cabina. Al principio, la cuestión se reducía al consumo ostentoso, la vanidad automotora y la pura estupidez, ya que pocos propietarios utilizaban sus carísimos todoterreno fuera del asfalto o cargaban sus furgonetas con algo más pesado que comestibles o balones de fútbol...

SUV (Sport Utility Vehicle) es la designación genérica para un vehículo similar a un station wagon, pero construido en el chassis de un camión liviano. Usualmente equipado con tracción en las 4 ruedas para proveerle de la capacidad de transitar fuera de carretera. Algunos SUV incluyen la capacidad de remolque de una camioneta.

Lo que sigue es un extracto del libro, "El fin del petróleo" de Paul Robert, ediciones B, S.A. 2004; páginas 13 y 14. El texto está referido a EEUU, cualquier semejanza con Chile es pura coincidencia.

A propósito de la fuerte declinación en que ha entrado el yacimiento más grande del mundo, Gawar (Arabia Saudita), el autor comenta.

Para mí, Gawar es la perfecta metáfora de lo que está ocurriendo a la mayor economía energética, un cuento geológico aleccionador para un mundo pagado de sí mismo y acostumbrado a la energía barata.

Frente a esto, nuestra economía energética funciona como una máquina del movimiento perpetuo. Hoy miles de millones de personas disfrutan de un nivel de vida sin precedentes y las naciones navegan sobre ríos de riqueza, en gran parte porque, en todo el mundo, la industria energética ha tendido una enorme red de pozos petrolíferos, superpetroleros, oleoductos, ... coches, camiones, trenes y barcos: un sistema gigantesco y maravillosamente intrincado que convierte casi por arte de magia el petróleo y sus primos los hidrocarburos, el gas natural y el carbón en el calor, la energía y la movilidad que animan la civilización moderna. Durante trescientos años, este prodigio artificial ha funcionado de un modo casi perfecto...

No obstante, nuestra economía energética ha alcanzado un punto crítico. Cada año el mundo exige más energía, sin que se atisbe el final. y cada año se hace más evidente que la extraordinaria maquinaria que hemos construido para satisfacer esa demanda no puede sostenerse en su forma actual...

Si bien, como la mayoría de consumidores, he sido un investigador esporádico de esa inquietud energética desde su comienzo, hacia 1974, con el embargo del petróleo árabe, empecé a estudiar la cuestión en serio durante los años de alza de finales de la década de 1990.

Escribía sobre el extraño y creciente encaprichamiento americano con ese caballo de guerra moderno, el gran todoterreno (SUV) y su primo cercano, el todoterreno de doble cabina. Al principio, la cuestión se reducía al consumo ostentoso, la vanidad automotora y la pura estupidez, ya que pocos propietarios utilizaban sus carísimos todoterreno fuera del asfalto o cargaban sus furgonetas con algo más pesado que comestibles o balones de fútbol. Pero cuanto más estudiaba el fenómeno, más cuenta me daba que el verdadero asunto residía no tanto en los propios vehículos como en los mares de petróleo que consumían.

Como ahora ya sabemos, los SUV y los todoterrenos de doble cabina consumen una gran cantidad de gasolina: el gigantesco Ford Excursion consume más de 50 litros por cien kilómetros en ciudad, e incluso los modelos más razonables rara vez bajan de los 13 litros a los cien. El efecto cumulativo de tanta combustión interna innecesaria es escalofriante: desde que comenzó la fiebre de los SUV en 1990, la tendencia de los últimos veinte años a mejorar la eficiencia del consumo de combustible en los automóviles no sólo se ha detenido sino que ahora se está invirtiendo, aumentando espectacularmente la demanda de petróleo. Ésa es la cuestión: Estados Unidos no cuenta con suficiente petróleo propio para satisfacer el incremento de la demanda impulsado por los SUV. Al cabo de un siglo de perforaciones, las compañías petroleras están encontrando muy poco crudo en los cuarenta y ocho estados continentales de Estados U nidos, y la producción está disminuyendo de manera constante cada año. Esto significa que Estados Unidos, a pesar de ser la tercera nación productora, ahora debe importar todavía más crudo de los tan difamados productores «extranjeros»; entre ellos muchos, como Irán y Arabia Saudí, cuyos ciudadanos consideran que Estados Unidos es el enemigo. Durante los meses que desembocaron en la segunda guerra contra Irak (miembro estatutario del Eje del Mal, el mayor peligro para el american way of life desde el desmembramiento de la unión Soviética, etc.), Estados Unidos recibía mas del 10 % del petróleo que importaba de los yacimientos iraquíes. Una más de las paradojas de la economía.

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