domingo, febrero 12, 2012

Por qué el bloqueo del estrecho de Ormuz podría desencadenar una guerra y provocar una depresión mundial

Por Michael T. Klare. 06 de Febrero de 2012.
Desde el pasado 27 de diciembre se forman negros nubarrones de guerra en el estrecho de Ormuz, el angosto paso marítimo que conecta el golfo Pérsico con el océano Índico y el resto del mundo.
Consideramos muy importante dar a conocer el presente artículo del experto en geopolítica de la energía M.T. Klare, porque a los factores evidentes que generan los rumores de guerra, por no decir la guerra misma, se agregan - en palabras de Klare - otros factores políticos asociados que pesan cuando menos lo mismo en la balanza y que, por mucho que puedan derivarse de la geopolítica del petróleo, han adquirido vida propia.
...Debido a que gran parte del petróleo más accesible del mundo está concentrado en el golfo Pérsico, y por el hecho de que el flujo constante de crudo es absolutamente esencial para el bienestar de EE UU y la economía mundial, este país sigue desde hace mucho tiempo una política encaminada a impedir que Estados potencialmente hostiles puedan adquirir la capacidad para dominar el golfo o bloquear el estrecho de Ormuz. El presidente Jimmy Carter fue el primero en articular esta posición en enero de 1980, tras la Revolución Islámica en Irán y la invasión soviética de Afganistán. “Todo intento por parte de una fuerza externa de hacerse con el control de la región del golfo Pérsico será considerado un ataque a los intereses vitales de los Estados Unidos de América,” declaró en una sesión conjunta del Congreso, “y ese ataque será repelido por todos los medios que hagan falta, incluida la fuerza militar.” De conformidad con este precepto, Washington se autonombró jefe supremo del golfo Pérsico, dotado de suficiente poderío militar para imponerse sobre cualquiera que quisiera disputarle esa función... el Pentágono creó entonces una nueva estructura, el Mando Central (CENTCOM), que recibió de inmediato la misión de aplastar cualquier potencia rival en la región y mantener las vías marítimas bajo control estadounidense...  Si el petróleo se halla en la raíz del papel dominante de Washington en la región del Golfo, con el tiempo ese papel se fue convirtiendo en otra cosa: una clara expresión de la condición de EE UU como superpotencia mundial. Al erigirse en mandamás militar del Golfo y en autonombrarse guardián del tráfico de petróleo a través del estrecho de Ormuz, Washington decía al mundo: “Nosotros, y nadie más que nosotros, somos los que podemos garantizaros la seguridad de vuestro suministro diario de petróleo y de este modo evitar el colapso económico mundial.” De hecho, al terminar la Guerra Fría –y con ella un sentimiento de orgullo e identidad de EE UU como baluarte frente al expansionismo soviético en Europa y Asia–, la protección del flujo del petróleo del golfo Pérsico pasó a ser el principal argumento de EE UU a favor de su estatuto de superpotencia, y lo sigue siendo hoy en día...De este modo, el petróleo, el prestigio del predominio mundial, la pugna de Irán por convertirse en potencia regional y factores políticos internos confluyen en una mezcla explosiva que convierte el estrecho de Ormuz en el lugar más peligroso del planeta. Tanto para Teherán como para Washington, los acontecimientos parecen apuntar inexorablemente a una situación en que puede ser inevitable que se den pasos en falso y se cometan errores de cálculo. Ninguno de los jefes de ambos bandos puede ceder sin perder prestigio y tal vez también sus cargos. En otras palabras, estamos asistiendo a un crucial choque de voluntades en torno al predominio político en una parte sumamente importante del planeta, y en uno y otro lado parece que quedan cada vez menos puertas con el letrero de “Salida”. Por consiguiente, el estrecho de Ormuz seguirá siendo sin duda, en los próximos meses, la piedra de toque de un potencial conflicto mundial. Ver más. 

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