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Fuente: World Energy Outlook, WEO2010. Agencia Internacional de la Energía, AIE.El 9 de noviembre recién pasado la AIE lanzó su informe anual, WEO 2010.
El gráfico muestra la producción de petróleo por tipo, en el “Escenario de Nuevas Políticas”, el más favorable. Este tiene en cuenta extensos compromisos y planes respecto a política energética anunciados por los países en todo el mundo.
Podemos observar que la producción de petróleo convencional (excluido los líquidos del gas natural) alcanzó su punto máximo antes del 2005. Por lo tanto, para hacer frente a la fuerte declinación de los yacimientos que se encuentran actualmente en producción (ver campo azul en el gráfico) y al aumento de la demanda derivado del crecimiento económico, el mundo depende en forma muy importante de los líquidos del gas natural y del petróleo no convencional.
Lo anterior debiera dar lugar a una seria preocupación en países como Chile, cuyas economías son altamente dependientes del petróleo. El 98 % de la energía que consume el sector transporte en nuestro país, proviene de derivados del petróleo.
¿Qué significa depender de los líquidos del gas natural? La producción de líquido de esta fuente responde a un mercado distinto al de transporte. La producción del gas natural sirve fundamentalmente la industria petroquímica, la generación de energía eléctrica y para el uso domiciliario y comercial. Nada asegura que la producción de “líquidos del gas natural”, sea funcional a la demanda del sector transporte.
En cuanto al petróleo no convencional este provendrá principalmente de las arenas asfálticas de Canadá y del petróleo pesado de Venezuela. Para que estas fuentes produzcan a plena capacidad se requiere un precio del petróleo alto, condición que no se está dando en este momento. Esto implica, en caso de recuperarse la economía, un desfase entre la capacidad de producción y la demanda lo que llevará a volatilidad de precios. Además esta fuente es altamente contaminante, lo que limitará y encarecerá su producción.
Lo otro que es importante comentar es que los nuevos descubrimientos (Tupí, otros yacimientos de Brasil y de otras partes del mundo) no logran mejorar sustancialmente la producción de petróleo convencional.
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