The Economist. 19 de junio de 2008.
Va a haber un cambio fundamental antes de lo que se pensaba.
Desde la Revolución Industrial, hace 200 años, la humanidad ha dependido del combustible fósil. La idea de que esto podría cambiar es difícil de contemplar...
... a medida que el precio del petróleo sube hasta el cielo y la idea de que el crudo podría agotarse, ya no es algo que se susurre por los rincones, sino algo que se discute abiertamente, existe la tentación de creer que el fin del mundo en realidad está cerca.No obstante, no todo el mundo es tan pesimista. Porque en la imaginación de un grupo de físicos, biólogos e ingenieros está tomando forma un mundo alternativo. Ahora se están exponiendo planes para que se ponga término a la economía de combustibles fósiles y éstos no involucran mucha autoflagelación. En lugar de intimidar o amedrentar a la gente, los profetas de la tecnología energética están intentando seducirla...
Para los reemplazos del petróleo, lo económico de repente no parece tan problemático. Los biocombustibles o las baterías que propulsarán los autos en el futuro alternativo deberían derrotar al petróleo en el nivel de precios actuales. Por supuesto, los precios de hoy no son los de mañana. El del crudo puede bajar; pero también lo hará el precio de los biocombustibles, a medida que la innovación mejore los cultivos, los procesos de manufactura y los combustibles.La energía eléctrica, mientras tanto, seguirá siendo más barata que aquella a petróleo en casi cualquier futuro previsible, y los autos eléctricos del mañana serán tan fáciles de recargar en un tomacorriente como actualmente lo son con petróleo en una bomba...
"The Economist" incluye un segundo artículo sobre energía en el número del 19 de junio de 2008:
The power and the glory . Encontramos sólo esta versión en inglés.
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