Documento de la IEA 2011.
Al sustituir otros combustibles fósiles, el gas natural puede llevar a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y contaminantes locales. Puede ayudar a diversificar el suministro de energía, y así mejorar la seguridad energética. Puede proporcionar la flexibilidad y capacidad de respaldo en la generación eléctrica. El gas es un combustible particularmente atractivo para regiones, tales como China, India y Oriente Medio, que se urbanizan y que buscan satisfacer el rápido crecimiento de la demanda energética. Estas son las regiones que en gran medida, más determinarán el grado en que el uso del gas se expandirá durante el próximo cuarto de siglo.
La base mundial de reservas del gas natural es muy amplio y muy dispersos geográficamente. Los recursos convencionales recuperables son equivalentes a más de 120 años del consumo mundial actual, mientras que los recursos totales recuperables podrían sostener la producción actual en más de 250 años. Todas las principales regiones cuentan con recursos recuperables igual a lo menos, a 75 años de consumo actual. El desarrollo oportuno y exitoso depende de un complejo conjunto de factores, incluyendo las opciones de política, la capacidad tecnológica y las condiciones del mercado. Una vez descubierto, los principales recursos de gas a veces puede tardar varias décadas para estar en producción.
El gas no convencional ahora representa alrededor del 60% de la producción comercializada en los Estados Unidos. El Metano de los mantos de carbón (CBM) tiene un desarrollo creciente en Australia, mientras que los proyectos en China, India e Indonesia se encuentran en las primeras etapas de desarrollo. El uso de fracturamiento hidráulico en la producción de gas no convencional ha generado graves problemas ambientales y puesto a prueba los regímenes reglamentarios existentes. Según los datos disponibles, se estima que el gas de esquisto producido con normas adecuadas de responsabilidad ambiental tiene emisiones un poco más alto, pozo-a quemador, que las emisiones de gas convencional, siendo la combustión de gas la principal fuente de emisiones. Las mejores prácticas en la producción, el control efectivo y regular, puede reducir otros riesgos potenciales ambientales, tales como el uso excesivo de agua y la contaminación.
El presente documento da una amplia mirada al futuro del gas natural en el mundo.
Sería importante saber qué papel le adjudica al gas natural en la matriz energética del país, el Ministerio de Energía. Y en relación con esto que piensa hacer ENAP al respecto en Chile y en el extranjero, mediante su filial internacional SIPETROL.
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