![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhjDoM5ql3JoYLcrvhGWygQOjDKzlLkQEUzqEupjGJduNqMtI00f81M3F2v4HhXynzuwD3CpxHASo0XBIl18rDeTmmmZrjkcWWhZasZOLxhFzWQi1gNaux9UHjG8HxcQPegrQEGng/s320/Fig.jpg)
El 25 de marzo, de acuerdo a lo que estipula la ley 20. 259, el impuesto específico a las gasolinas deberá subir de las actuales 4.5 UTM ($166 por litro) a 6 UTM ($221 por litro).
Esta situación ha desatado una amplia polémica entre quienes consideran que deben mantenerse el valor actual del impuesto y quienes piensan que debe cumplirse con lo acordado, en el sentido que la rebaja era sólo transitoria.
Los que abogan por no subir el impuesto lo hacen diciendo que están defendiendo el bolsillo de los que tienen menos recursos y eventualmente de la clase media y en general por el efecto inflacionario que provoca.
La conveniencia de subir el impuesto la ha planteado el Ministro de Hacienda recientemente designado por el Presidente electo que deberá asumir el 12 de Marzo. Y se basa para ello en un informe del BID sobre el impuesto a los combustibles.
Ver Resumen Ejecutivo del Informe del BID en Español.
Ver informe del BID completo en inglés.
Al leer el informe nos enteramos que este fue encargado el 2008, por el Gobierno, al BID para estimar, “... el nivel óptimo de los impuestos específicos a la gasolina automotriz y al petróleo diesel a través de un análisis de las externalidades asociadas a su consumo”.
Las externalidades consideradas en el estudio son: (1) Efectos en la salud de la población producidos por la contaminación generada por el transporte, (2) Congestión, (3) Accidentes, (4) Daño a la infraestructura, (5) Emisiones de CO2 y (6) Ruido.
Resulta del más alto interés pensar en transformar el Impuesto Específico en un impuesto a la contaminación.
Es una lástima que Hacienda cuando recibió el informe no lo publicitara para que pudiera ser ampliamente conocido y así se pudiera comenzar a formar conciencia en la opinión pública de una materia tan importante como es el que los precios de los combustibles deben hacerse cargo de las externalidades negativas.
Dependencia del petróleo y seguridad energética.
Al discutir el alza del impuesto queda pendiente el situar la extrema dependencia de los derivados del petróleo (el sector transporte es dependiente en un 98 %) dentro del tema de seguridad energética.
Un factor adicional a los indicados por el BID a considerar, es la conveniencia de desalentar el uso de los derivados del petróleo. O dicho más específicamente desalentar el uso del automóvil en favor del transporte colectivo y estimular el uso de vehículos más económicos. Una rebaja del impuesto sería entonces una mala señal.
Es urgente incorporar a la discusión la “crisis del petróleo” que se avecina.
Diversas organizaciones han estado dando la voz de alarma haciendo presente que terminada la crisis financiera, tan pronto se recupere la economía mundial, se producirá el aumento de la demanda de petróleo, situación para la que la industria petrolera no se encontraría preparada.
Independiente de la circunstancia anteriormente reseñada, en el mediano y largo plazo, también existe incertidumbre sobre la solides del mercado proveedor mundial de petróleo, que podría llevar a volatilidad de precios, alzas desmesuradas e inseguridad de suministro.
Esta situación ha desatado una amplia polémica entre quienes consideran que deben mantenerse el valor actual del impuesto y quienes piensan que debe cumplirse con lo acordado, en el sentido que la rebaja era sólo transitoria.
Los que abogan por no subir el impuesto lo hacen diciendo que están defendiendo el bolsillo de los que tienen menos recursos y eventualmente de la clase media y en general por el efecto inflacionario que provoca.
La conveniencia de subir el impuesto la ha planteado el Ministro de Hacienda recientemente designado por el Presidente electo que deberá asumir el 12 de Marzo. Y se basa para ello en un informe del BID sobre el impuesto a los combustibles.
Ver Resumen Ejecutivo del Informe del BID en Español.
Ver informe del BID completo en inglés.
Al leer el informe nos enteramos que este fue encargado el 2008, por el Gobierno, al BID para estimar, “... el nivel óptimo de los impuestos específicos a la gasolina automotriz y al petróleo diesel a través de un análisis de las externalidades asociadas a su consumo”.
Las externalidades consideradas en el estudio son: (1) Efectos en la salud de la población producidos por la contaminación generada por el transporte, (2) Congestión, (3) Accidentes, (4) Daño a la infraestructura, (5) Emisiones de CO2 y (6) Ruido.
Resulta del más alto interés pensar en transformar el Impuesto Específico en un impuesto a la contaminación.
Es una lástima que Hacienda cuando recibió el informe no lo publicitara para que pudiera ser ampliamente conocido y así se pudiera comenzar a formar conciencia en la opinión pública de una materia tan importante como es el que los precios de los combustibles deben hacerse cargo de las externalidades negativas.
Dependencia del petróleo y seguridad energética.
Al discutir el alza del impuesto queda pendiente el situar la extrema dependencia de los derivados del petróleo (el sector transporte es dependiente en un 98 %) dentro del tema de seguridad energética.
Un factor adicional a los indicados por el BID a considerar, es la conveniencia de desalentar el uso de los derivados del petróleo. O dicho más específicamente desalentar el uso del automóvil en favor del transporte colectivo y estimular el uso de vehículos más económicos. Una rebaja del impuesto sería entonces una mala señal.
Es urgente incorporar a la discusión la “crisis del petróleo” que se avecina.
Diversas organizaciones han estado dando la voz de alarma haciendo presente que terminada la crisis financiera, tan pronto se recupere la economía mundial, se producirá el aumento de la demanda de petróleo, situación para la que la industria petrolera no se encontraría preparada.
Independiente de la circunstancia anteriormente reseñada, en el mediano y largo plazo, también existe incertidumbre sobre la solides del mercado proveedor mundial de petróleo, que podría llevar a volatilidad de precios, alzas desmesuradas e inseguridad de suministro.
Tema relacionado:
Hoja de ruta hacia la próxima crisis del petróleo.
Hoja de ruta hacia la próxima crisis del petróleo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario